Libros para la vida Imagen de StockSnap en Pixabay |
Desde hace
mucho tiempo no escribía nada en este espacio. Las cosas de la vida se
interpusieron, pero lo que más se interpuso fue esa disposición interior a no
seguir dándole vida, porque tiempo, lo que es tiempo, siempre hay, pero a veces
no hay voluntad. La cuestión es que desde la última vez que escribí, mi vida ha
tenido varios cambios importantes, pero hay un cambio que está por encima de
todos, el cambio de cambios, y el que ha provocado que todos los demás cambios
sean irrelevantes: he cambiado de país, lo que implica un cambio de todo lo
demás. Ya mis amistades y yo nos hemos distanciado, mis recuerdos chocan con las
novedades que encuentro en este nuevo lugar, mis costumbres deben ser olvidadas
a favor de las costumbres de los lugareños para no correr el riesgo de que me
sigan mirando como un desadaptado (etapa por la que pasan todos los migrantes,
creo). Ya que he cambiado de todo, ¿por qué no cambiar de concepción vital
también? Si ya estoy pasando por este desarraigo, ¿por qué no arrancar las raíces
restantes? Este momento complicado de mi vida me ha hecho concluir que estoy en
el instante propicio para intentar entrar en el mundo de la literatura, de
publicar mis escritos, esos que tengo guardados en la nube y en los archivos de
mi computadora desde hace años y que creyeron que nunca veían la luz de los
ojos ajenos recorriéndolos, y por eso me veo en el momento de recibir críticas
de mis lectores, porque ¿qué mejor momento para exponerse al mundo que cuando
se está más vulnerable y la vida se ha vuelto inestable? Pues bien, aquí estoy,
en una situación que no podría decir que es buena, pero reencontrándome como
este espacio que promete que mi vida será peor porque me expondrá a los dardos
de la gente, que es justo lo que necesito: más amarguras.
Este blog será
desarrollado en paralelo con otro de igual naturaleza en WordPress, al que pueden
acceder aquí.
Espero que
estas nuevas letras que escribiré de ahora en adelante en este espacio sean de
su agrado. ¡Disfruten!
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